En la actualidad los cambios generados por los avances tecnológicos, afectan el comportamiento y las acciones del individuo, conduciendo al planteamiento de nuevas normas o disciplinas para solucionar y dar respuestas a los problemas generados por las Tecnologías de Información y Comunicación. En los últimos años se ha discutido sobre la Ética Informática (CISCI 20061 / ETICOMP 20052 / IMPACS3/ CNTI4), cuáles son sus orígenes, y porqué se hace necesario su estudio. Para entender convenientemente la Ética Informática, es imprescindible conceptualizar individualmente los términos ética e informática.
La ética es entendida por Valls (2000), como una disciplina filosófica definida en principios directivos para orientar a las personas en la concepción de la vida, el hombre, la moral, los juicios, y los hechos; que reflexiona de forma sistemática y metódica sobre el sentido, validez y licitud de los actos humanos individuales y sociales en la historia, también, se ocupa de la fundamentación racional del comportamiento moral del hombre y de encontrar las convergencias axiológicas racionalmente justificables para todo ser humano.
Asimismo, Cortina (1998) la define como “un tipo de saber de los que pretende orientar la acción humana en un sentido racional; es decir, pretende que obremos racionalmente; la ética es esencialmente un saber para actuar de un modo racional”. Según Brown (1992), el propósito de la ética no es que la gente sea ética, sino capaz de tomar las mejores decisiones para el bienestar individual y de la sociedad, y que ésta sea el proceso de decidir lo que corresponde hacerse en las organizaciones, ya que éstas son comunidades morales y agentes morales.
La sociedad actual, requiere sujetos responsables de sus acciones, proyectos y realizaciones, necesita una finalidad, sólo desde un contexto semejante tiene sentido la ética, por ende establece fundamentos racionales, normas de comportamiento moral. Los individuos, la sociedad y las instituciones deben combatir contra el hundimiento de la moral, la crisis de los valores, para lograr mayores beneficios un mundo mejor, capaz de enfrentar los dilemas éticos.
Por otra parte, la informática, en este trabajo se entiende como “la ciencia que estudia el fenómeno de la información, los sistemas de información y el procesamiento, transferencia y utilización de la información, mediante computadoras y las telecomunicaciones como herramientas para el beneficio de la humanidad" Hajna (1989:86).
Este concepto se complementa con la definición obtenida de un estudio realizado por Silva (2001), las Tecnologías de Información y Comunicación, son un conjunto de herramientas tecnológicas que se apoyan en la informática: tecnología blanda (software) y tecnología dura (hardware), para la ejecución automatizada de procesos, con criterios de rapidez y precisión; de los cuales se derivan productos que sirven de canales de comunicación para el soporte, almacenamiento, procesamiento y transmisión digitalizados de la información.
El mismo autor señala en un trabajo reciente Silva (2006), que la informática debe entenderse ahora como la ciencia del tratamiento racional de la información a través del uso del computador; considerado éste como el soporte de los conocimientos y de las comunicaciones humanas. La informática está conformada por una serie de técnicas, métodos y máquinas; conocidas como las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC’s), cuyos beneficios apuntan al tratamiento lógico y automático de la información
Por otra parte, Cornella (1994) citando a Matchand (1980), afirma que las TIC’s constituyen “un verdadero rol catalítico, capacitador en la transformación de la sociedad industrial en la sociedad de la información”, y que “el verdadero objetivo de las TIC’s debe ser el aprovechamiento estratégico de la información para la toma de decisiones de carácter estratégico de la información”, por lo que éstas deben ser incorporadas a las organizaciones, para mejorar su competitividad, eficacia y eficiencia en el ámbito empresarial.
Asimismo, Castells (1999:56) señala que las TIC’s son “el conjunto convergente de tecnologías de la microelectrónica, la informática, las telecomunicaciones, televisión, radio, ingeniería genética y sus aplicaciones, optoelectrónica, los cuales se utilizan para almacenar, procesar y comunicar la información”.
Finalmente, una posición consensuada puede ser considerada para delinear más aún el concepto de las TIC’s. Según OCDE (2002), los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, basados en la “International Standard Industrial Classification” (ISIC), el sector de las TIC’s es una combinación de actividades de manufactura y servicios para la captación, transmisión y despliegue de información y datos de manera electrónica.
Partiendo de estas afirmaciones, es evidente que en la nueva era de la sociedad del conocimiento, la información y las comunicaciones, las TIC’s son factores claves de éxito en los procesos de producción y creación de riqueza. En nuestro país las TIC’s cumplen un papel determinante en esta nueva sociedad, por lo que los ciudadanos, y los gobiernos en particular, deben entender y aprovechar los beneficios potenciales que ofrecen estas tecnologías a la sociedad actual.
Las naciones que van a la vanguardia del desarrollo, han comprendido las ventajas competitivas y comparativas de estos elementos tecnológicos, por lo que han tratando de organizar el contexto tecnológico para incrementar su productividad y por ende su bienestar social. Es por ello que han concebido la necesidad de incorporar las TIC’s a las principales políticas y programas de desarrollo de sus naciones, como instrumentos de apoyo a la consecución de amplios objetivos nacionales, tanto sociales como económicos.
Los índices relativamente recientes sobre la cantidad y porcentaje de usuarios TIC’s en el mundo, muestran un mejor comportamiento; los datos dejan en evidencia que las TIC´s han venido penetrando cada vez más nuestras sociedades, están cambiando el mundo y continuarán haciéndolo en un futuro.
De allí lo importante de una nueva ética con responsabilidad social que sirva de de guía para rescatar los valores en la utilización de las tecnologías informáticas, es allí donde deben coincidir los beneficios potenciales de la ética y la informática. Es necesario entonces plantear una nueva forma de gerenciar incorporando las nuevas tecnologías de información y comunicación con base en el negocio, de manera que, estas permitan mejorar la ejecución de los procesos básicos del negocio y el desempeño de las funciones gerenciales para manejar eficientemente los costos que se produzcan en servicios de información y así fomentar al mismo tiempo la credibilidad de estos servicios por parte de los clientes potenciales (Mc Leod, 2000).
Es importante señalar que al hablar de la ética informática, se habla de una ética global emergente y de todos los aspectos de la vida del ser humano. Partiendo de este principio, se plantea el tratado sobre los deberes y derechos de los profesionales de la informática. Según un planteamiento que hiciera Joyanes (1997), afirmando que la ética informática adquiriría un carácter global, aún se mantiene vigente, puesto que las tecnologías informáticas como las redes de computadoras y el ciberespacio han producido una revolución informática donde el componente ético ha sido fundamental para la totalidad de las acciones y relaciones del ser humano en la era de la post-Información.
La relación existente entre la ética y la informática es debido al impacto de tecnologías de información y comunicación en la sociedad actual, en la cual surgen aspectos que vinculan ambas disciplinas. Cabe citar por ejemplo, la invasión de la privacidad del usuario en la red Internet, la cual se pone en evidencia a través del envío de correos con publicidad electrónica “spamming”; otras acciones como la copia ilegal de programas de computación, la transferencia de datos de un servidor sin autorización, entre otros. Por lo tanto, los usuarios y profesionales de la informática deben definir sus responsabilidades y tomar las decisiones mas justas para lograr el bienestar social en la utilización de estas tecnologías.
Según Moor (1985) la ética informática se define como la disciplina que identifica, analiza la naturaleza y el impacto social de las tecnologías de la información y la comunicación en los valores humanos y sociales; estos son: salud, riqueza, trabajo, libertad, privacidad, seguridad o la autorrealización personal, democracia, conocimiento, entre otros. Además, involucra la formulación y justificación de políticas para dirigir nuestras acciones, y hacer un uso ético de éstas tecnologías.
Al respecto, es conveniente señalar, que la ética informática es una disciplina emergente dentro de la ética profesional, de importancia vital para la sociedad y las organizaciones actuales. Por su parte, Joyanes (1997:272) la considera como “el análisis de la naturaleza e impacto social de la tecnología informática, la formulación correspondiente y justificación de políticas para su uso ético”.
Por otra parte, Del Brutto (2003) la define como la disciplina que analiza los problemas éticos que son creados, transformados o agravados por las personas que utilizan los avances de las tecnologías de la información.
Asimismo, Cortina (1998) afirma que ésta es una vertiente de la “Ética Aplicada” y surge como una necesidad de generar una deontología profesional en el uso de las tecnologías de información y comunicación; basada esta, en códigos de ética que permitan ocupar el vacío existente de normas, que orienten su utilización en la resolución de problemas creados por el hombre en la sociedad a través de su uso.
De acuerdo a estos planteamientos es posible afirmar que cada dilema ético es un problema que surge en los profesionales y usuarios de los equipos tecnológicos de computación. En la búsqueda de soluciones adecuadas a cada problema, se genera cada vez una nueva forma de actuar.
Al respecto cabe citar que la sociedad actual se vuelve más vulnerable al mal uso de los computadores por parte de los seres humanos, frecuentemente nos encontramos por ejemplo con el mal funcionamiento de un equipo originado por fallas en los programas de computación y en los sistemas informáticos. Asimismo, cada vez se generan nuevas formas de inserción de virus en los sistemas de cómputo que exigen acciones inmediatas que solucionen los problemas que todo esto ocasiona. La mayoría de estos problemas son producidos por personas mal intencionadas cuyo único fin es llevar a cabo los llamados “delitos informáticos”.
Según Joyanes (1997) el desarrollo de la ética aplicada a la informática, es una vía para combatir estos delitos informáticos. Existe la necesidad imperante de restablecer el contexto social, en una sociedad de la información global, compleja y vulnerable. Una de las tareas más importantes de esta ética es plantear la formulación de nuevas normas y leyes que protejan la información privada y los procesos de trabajo, ya que se presentarán situaciones que ameritarán soluciones éticas o profesionales para las organizaciones de esta nueva sociedad.
Es importante entonces, plantear una reflexión sobre la ética informática, ya que esta filosofía se fundamenta en el uso de las TIC’s bajo principios morales y éticos. Es necesario además, que se produzcan nuevos códigos de ética; normas personales y sociales aplicables a las ciencias y nuevas profesiones, a la conducta del ser humano y a la organización, todo lo cual permita un uso ético de éstas tecnologías.
Ahora bien, bajo esta perspectiva las tecnologías de información y comunicación posibilitan generación de nuevos paradigmas a través de la renovación de procesos, nuevas formas de organización, nuevos modelos y cambios en la forma de trabajar, todo esto repercute sobre el mundo empresarial.
Este planteamiento pareciera cobrar fuerzas dadas las intenciones emitidas por representantes de cada país a nivel mundial en incrementar las inversiones en nuevas tecnologías de información y comunicación para la asistencia de los procesos académicos, gubernamentales y empresariales de los países de ALAC5 (WSIS 2003,20056, EIR 20057, OEA 20068).
Los cambios producidos por esta revolución tecnológica centrada en la información han generado profundas transformaciones en nuestro modo de pensar, actuar, organizar, producir, consumir y comunicar, de hacer la guerra y el amor.
Tal y como señala Castells (1999), se están cambiando los valores morales y éticos, forjando una cultura informática de la virtualidad real. Estas macrotransformaciones son resultado de la interacción de procesos en la “Era de la Información, informacionalización, globalización, interconexión, construcción de identidad, crisis del patriarcado y del Estado-nación”.
Por ello, es importante reconocer que los problemas que se generan en la sociedad de hoy pueden tener solución y que el valor de la ética será capaz de influir e intervenir en la toma de decisiones más adecuadas, que existen criterios éticos y que la ética informática es la ética de la lógica de la vida.